sábado, 31 de diciembre de 2011

Antención, estación en curva: al salir, tengan cuidado para no introducir el pie entre coche y andén

Sol es un año que acaba, Sol es un árbol de Navidad hortera, Sol es el capitalismo, Sol es lo queda del Imperio, Sol es (fue) el Papa, Sol es una Babilonia pequeña y castiza, Sol es (ante todo) Madrid, Sol es una plaza, Sol es el kilómetro cero, Sol es una encrucijada, Sol es todas las causas (perdidas o no), Sol es (fue) una acampada, Sol es un foro, un faro, es muchas ilusiones, Sol es un año que empieza.

Feliz 2012.

Mi calendario en Nochevieja

La Puerta del Sol, en sus mejores galas, el 15 de octubre de 2011.

martes, 4 de octubre de 2011

Quizás, quizás, quizás... ♪

Lo que más me jode es el silencio. No el que se hace cuando sobran las palabras, que puede ser solemne, tierno o incluso encendido, sino ese otro silencio metafórico que espera una respuesta que no llega. Ese es el que me jode. Porque a veces uno cree —y es cierto— que su vida depende de una palabra, y entonces hiere menos un no que un quizá, que es de su misma esencia, es cierto, pero deja vivir a la esperanza. El peor de los monstruos que liberó Pandora. Y sé lo que cuesta decir que no, porque yo (mea culpa) nunca he sabido decirlo cuando debía. Pero —admitámoslo— a menudo es lo único justo que puede hacerse. Y, al fin y al cabo, la justicia nos humaniza.

viernes, 22 de julio de 2011

De cómo Feisbuk mató a mi blog

Reconozco que esta bitácora nunca se caracterizó por su actividad frenética (en realidad, ni siquiera por su actividad). Pero ha pasado más de un año desde la última entrada (quiero decir, desde la última entrada de verdad) y el olor a descomposición no deja duda de que el blog no duerme: está muerto. De hecho, ha sido asesinado.

Antes de que nadie se lleve las manos a la cabeza y se apresure a acordonar la página en busca de pruebas, debo aclarar que el caso ya está resuelto: Feisbuk es el culpable. Para convencerse de ello, basta con examinar las últimas entradas (y también esta o esta otra); a pesar de sus pretensiones, ni siquiera intentan ocultar su origen: son estados de Feisbuk renegados. Habría sido cruel condenarlos a perecer sepultados por toneladas de sus semejantes, así que sacrifiqué sus quince minutos de fama y les procuré una existencia más modesta —pero con algo de atemporal— en No de las cosas. Lo apropiado habría sido desarrollar esas ideas lo mínimo para justificar el exceso onanista de publicarlas aquí, pero no creo que a nadie se le oculte que en ese proceso traumático habrían perdido casi todo su interés («no hay que olvidar que la verdad se reduce siempre a la mitad cuando se formula», comenta un personaje en Balthazar, de Lawrence Durrel).

Cuánto más fácil es plantear la idea apenas esbozada, como se hace normalmente en Feisbuk (no hablo de Tuiter, porque no lo frecuento, pero hablo de Tuiter). Lo admito: es esa exención de la tarea terrible de razonar la que ha permitido a Feisbuk fagocitar mi blog. Y encima uno consigue un par de megustas y ya se queda con la sensación de haber escrito algo interesante.

Seguiré dando la lata...

lunes, 21 de febrero de 2011

Decadencia y caída

Al final resultará que los bárbaros que nos invadían éramos nosotros.

sábado, 26 de junio de 2010

La única forma de expresar la verdad es a través de paradojas

No deja de ser curioso, pero hasta ahora no he encontrado un método más eficaz que la desdicha para aprender a ser feliz.

jueves, 17 de junio de 2010

The show must always go on

Respirar hondo y sonreír de oreja a oreja antes de salir al escenario.

No es hipocresía, es profesionalidad. Incluso en la vida diaria.

domingo, 13 de junio de 2010

La entropía de cien mil millones de galaxias consumiéndose

¿Se puede hacer literatura con ciencia?

Nota: Intentar responder a la pregunta en sentido contrario puede ser también un ejercicio interesante.