Para mí, 2009 ha sido un año estupendo, aunque le llevara unos cuantos meses recuperarse de 2008. A todos los que lo habéis hecho posible, gracias.
Pero 2009 ha terminado.
Un calendario de Tintín me acompañó durante todo el año, salvo en los días caóticos que mediaron entre los periodos beige y blanco roto de mi habitación. En esta clase de calendarios, la asociación de cada imagen con un mes está condenada a parecer caprichosa, aunque sospecho que al menos en este caso no ha sido dejada en absoluto al azar. En septiembre, la momia de Rascar Capac entraba a hurtadillas por la ventana con aviesas intenciones y una bola de cristal en las manos. El verano acababa. Es sólo un ejemplo.
En el mes de diciembre, un boquiabierto Tintín miraba más allá de la viñeta a través de la puerta abierta del cohete que le había llevado hasta la Luna. Contemplaba la belleza espectacular de un paisaje que aún no había sido hollado por el hombre (faltaban todavía más de 15 años para que Neil Armstrong diera el paso más famoso de la Historia). Así es precisamente cada año nuevo: desconocido y sugerente, lleno de oportunidades —y no exento de peligros—.
Mi calendario de Tintín pocas horas antes de ser sustituido por uno de Canaletto. Nótese el color blanco (roto) de la pared.
Espero que 2010 sea tan maravilloso como la Luna. Feliz año nuevo a todos.
5 comentarios:
Sólo diré:
PEDANTE
Please, do not feed the troll. Even if they are the only readers of the blog ^_^u.
¿Quién ha eliminado esa entrada? O_o
(Hoy es el día de comentar para no estudiar~~)
Yo, es que era spam salvaje...
Ya que estabas con pocas ganas de estudiar, por lo menos podías haber comentado algo más >_>'.
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